En las discusiones estratégicas en el cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum durante la campaña, surgió el dilema de cómo abordar los problemas asociados a los tres hijos mayores del presidente López Obrador. Estos jóvenes se vieron envueltos en controversias por presuntos actos de corrupción, tráfico de influencias y conflictos de interés, generando un desafío político que Sheinbaum prefería evitar. La situación se complicó aún más cuando estos temas fueron utilizados por Xóchitl Gálvez para atacar a Sheinbaum durante los debates presidenciales.
Sin embargo, una solución se presentó el 2 de junio tras la inesperada victoria de Morena en la Ciudad de México. Fuentes cercanas al equipo de la futura presidenta revelaron que se decidió que Clara Brugada, la nueva jefa de Gobierno, sería la encargada de manejar las implicaciones de estos problemas. Esta medida permitiría mantener activos a los hijos del presidente, asegurándoles un lugar en el jugoso presupuesto de la capital.
El presidente López Obrador, conocido por su campaña contra la corrupción en círculos cercanos, ha respondido con una serie de medidas que incluyen investigaciones y denuncias legales. Estas acciones han sido vistas por algunos como intentos de intimidación y represalia, especialmente hacia periodistas que han informado sobre los supuestos delitos de los familiares del presidente.
Fuente: Carlos Loret en El Universal
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