La crisis interna en el Partido Acción Nacional (PAN) ha alcanzado niveles críticos tras los resultados electorales decepcionantes del 2 de junio, desencadenando una guerra pública entre figuras prominentes como Felipe Calderón y Marko Cortés.
Este conflicto ha expuesto las profundas divisiones dentro del partido, con acusaciones y reproches que han inundado las redes sociales y los medios de comunicación. Calderón no ha dudado en criticar duramente a Cortés, señalándolo como el líder que más daño ha causado al PAN, haciendo hincapié en presuntas prácticas clientelares y falta de visión estratégica.
Por su parte, Cortés ha respondido con igual intensidad, utilizando argumentos que recuerdan a los estilos de debate de su rival político, Morena, para cuestionar la gestión de Calderón durante su presidencia, especialmente en relación con casos controvertidos como el de Genaro García Luna.
La tensión ha llevado al Consejo Nacional del PAN a crear comisiones especiales para preparar una elección interna y evaluar la situación actual del partido. Entre los aspirantes al liderazgo se encuentran Jorge Romero, apoyado por Cortés, y la exsenadora Adriana Dávila, respaldada por sectores inconformes dentro del partido.
El senador Damián Zepeda también figura como un contendiente importante, abogando por una elección abierta que incluya la participación ciudadana. Sin embargo, las divisiones son tan profundas que se teme una posible escisión si el candidato apoyado por Cortés resulta victorioso, lo cual podría debilitar aún más al PAN como principal partido de oposición frente al dominio de Morena en la política nacional.
Ante este panorama, Juan José Rodríguez Prats, experimentado panista y legislador, advierte sobre las consecuencias de una victoria de Romero, prediciendo una masiva salida de miembros del partido. Rodríguez Prats respalda firmemente la candidatura de Adriana Dávila, destacando su capacidad para unificar al partido y enfrentar los desafíos políticos actuales.
Con el PRD en decadencia, el PRI en crisis y Movimiento Ciudadano aún definiendo su rumbo, el PAN enfrenta una encrucijada crucial para su futuro, con la responsabilidad de consolidarse como una alternativa efectiva frente al gobierno de Morena y sus políticas.
En resumen, la batalla interna del PAN no solo refleja conflictos personales y estratégicos, sino que también pone en juego la capacidad del partido para recuperar su cohesión y liderazgo frente a un panorama político cada vez más polarizado y desafiante.
Fuente: Periódico Excélsior
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