Tren Maya, uno de los proyectos insignia de la administración actual, se ha transformado en un "barril sin fondo," según un reciente informe publicado por la revista Proceso. A pesar de la considerable inversión inicial destinada a su construcción, el proyecto ha demostrado ser económicamente insostenible y poco rentable. Durante los primeros seis meses de operación, se ha reportado que el Tren Maya ha gastado un total de 814.5 millones de pesos, con 604.8 millones destinados a la subcontratación de servicios, mientras que el 70% de los insumos utilizados son de origen nacional.
El informe revela una situación preocupante: por cada 100 pesos recaudados en boletos, comida y souvenirs, se han desembolsado 700 pesos en costos operativos. Este desbalance ha resultado en un saldo negativo en seis de los siete meses de funcionamiento hasta la fecha, reflejando un gasto desproporcionado en relación con los ingresos generados.
Además de estos altos costos operativos, la obra aún se encuentra incompleta, con varios tramos que necesitan ser habilitados. Esto no solo retrasa la operatividad completa del proyecto, sino que también cuestiona su viabilidad como fuente de ingresos para el gobierno. Las fallas, imprevistos y cancelaciones han sido constantes, lo que ha generado una acumulación de gastos imprevistos que aumentan la carga financiera sobre los contribuyentes mexicanos.
El Tren Maya, concebido como una obra emblemática del presidente, ha demostrado ser una carga económica significativa para los recursos públicos. La falta de eficiencia y los elevados costos operativos subrayan la preocupación sobre cómo se están utilizando los impuestos de los ciudadanos en un proyecto que, hasta ahora, no ha logrado cumplir con las expectativas económicas y operativas. Este desajuste financiero pone de manifiesto los retos asociados con la gestión de grandes proyectos de infraestructura y plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo del Tren Maya.
Fuente: Diario de Yucatan
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